lunes, 15 de diciembre de 2008

Teorías que Sustentan la Didáctica

La psicología educativa trata de explicar la naturaleza del aprendizaje en el aula y los factores que lo influyen, estos fundamentos psicológicos proporcionan los principios para que los profesores descubran por si mismos los métodos de enseñanza más eficaces, puesto que intentar descubrir métodos a tontas y a ciegas es un proceso arduo y agotador.
La teoría del aprendizaje explica el proceso que sigue el sujeto que aprende; es decir, supone una dinámica del aprendizaje. Esta aportación es de capital importancia para la teoría didáctica porque “descubrir el proceso de aprendizaje implica una cierta normatividad para la enseñanza” (Gimeno, 1985, pp. 68). Esto es lo que facilita una intervención pedagógica precisamente en el desarrollo mismo del proceso de enseñanza aprendizaje.

En este sentido una teoría del aprendizaje ofrece una explicación sistemática, coherente y unitaria del ¿cómo se aprende? y ¿Cuáles son los límites del aprendizaje?, entre otras respuestas, ya que se ocupa de estudiar los factores que contribuyen a que ocurra el aprendizaje, en los que se basará su desempeño educativo; en este sentido, si el docente desempeña su labor fundamentándola en principios de aprendizaje bien establecidos, podrá racionalmente elegir nuevas técnicas de enseñanza y mejorar la efectividad de su labor.

Por este motivo se presentará un cuadro resumen de los planteamientos básicos de algunas teorías que han sido consideradas como relevantes, más que nada por su implicancia pedagógica. No obstante, como el tema en estudio va más enfocado hacia la didáctica se ahondará más en los aspectos prácticos que puedan rescatarse de dichas teorías, es decir, se pretende abordar más que la teoría en si, sus aportes netamente educativos, específicamente en el campo de la didáctica.

Cada una de las teorías es un aporte a la educación, puesto que en conjunto y aunando las diversas miradas permiten esclarecer la dinámica de cómo aprende el educando, por con siguiente el docente puede hacer oídos a sus fundamentos, planificando y evaluando sus practicas docentes según estos teoremas.

Desde esta perspectiva sería beneficioso que el docente comprendiese la utilidad didáctica del legado de Ausubel, interpretando lo factible de realizar, por tanto cabe señalar que estrategias de aprendizaje como: mapas conceptuales, resúmenes y/o esquemas entran dentro del rango de la “significatividad” puesto que cada uno de ellos implica jerarquización de la información, relaciones entre los conceptos, visualización de todo el material, etc.

En consideración a lo expuesto, sobre los conocimientos previos, se puede interpretar que el docente debiese realizar un diagnóstico a sus alumnos/as no sólo al inicio del año académico, sino continuamente; por ende se sugiere comenzar cada actividad activando estos conocimientos previos y, así de este modo asegurar las conexiones necesarias en cada clase.

De acuerdo a lo que plantea en torno a la motivación del alumno/a se comprende la importancia de la creación de un ambiente propicio para el aprendizaje, en donde se enfaticen las relaciones interpersonales, en un clima de respeto, equidad, aceptación, solidaridad y empatía, puesto que se sabe que una buena disposición y actitud para el aprendizaje es más efectiva que la disciplina y la simple transmisión de conocimientos.

Pasando a lo señalado por Piaget, con referencia a cómo se producen los conocimientos en el niño/a, el profesor debiese concluir que es mucho más importante observar el proceso a través del cual el alumno/a llegó, o no, a la respuesta, puesto que es allí donde él manifestará su manera de comprender la realidad y las estructuras que posee para poder solucionar los problemas planteados considerando, ala vez, que existen límites para el aprendizaje determinados por las estructuras lógicas, por la capacidad de asimilación y acomodación, dejando de manifiesto que los nuevos aprendizajes deben ir incorporándose moderadamente y a través de vínculos, de modo de recuperar información con facilidad, asociando así la inteligencia con un ordenador de ideas.

Por otra parte, se puede interpretar de lo investigado por Piaget que es el alumno/a quien debe darse cuenta de su error para poder comprender y asimilar lo aprendido, proceso que se aseguraría con la generación de continuos conflictos cognitivos, ya que éstos permitirían al educando reconstruir, corregir, diferenciar e integración, logrando así la autorregulación del aprendizaje.

Con su teoría Piaget establece algunos parámetros para situar al profesor en el contexto en que se encuentran sus educandos, de modo de tener un punto de referencia. Este punto de referencia puede establecer una ayuda para jerarquizar los contendidos, pero es el docente el que en última instancia planifica, rescatando de esta teoría lo elemental pero contrastándolo con su realidad.

Finalmente, la educación debe tener presente que el aprendizaje es activo, que no es una mera copia de realidad, que está sujeto a cambios, de allí radica la importancia que el profesor sepa donde y cómo intervenir partiendo de la base que sabe cuando y por qué. Además se puede agregar que los contenidos entregados por el docente deben ser planteados por éste como un desafío de modo que realmente se produzca el mencionado desequilibrio en el niño/a.

Por último, en relación a lo señalado por Vigotsky, el docente en su rol de mediador, respondiendo a la creación y monitoreo de las “Zonas de Desarrollo Próximo”, también podrá determinar quienes podrán ser los tutores y los aprendices, y para qué materia específica, puesto que desde este punto de vista los roles de los alumnos incluso pueden intercambiarse, ya que un alumno puede ser muy malo en matemáticas pero tener muy buena ortografía y así de tutor pase a ser aprendiz en otra asignatura.

En correspondencia a lo que Vigotsky proclama el educador debiese graduar sus preguntas de menor a mayor complejidad, para identificar con certeza el nivel real, el nivel proximal y el nivel potencial alcanzado y/o a desarrollar por el niño/a, aclarando que todo depende de la su propia realidad educativa.
El docente para utilizar bien su tiempo, al momento de planificar sus contenidos debe considerar la zona de desarrollo próximo del grupo curso, pues “enseñar algo que está más allá de sus capacidades, o bien limitarse a enseñar lo que el aprendiz ya sabe, resulta infructuoso y una pérdida de tiempo” (Documento Pensamiento y lenguaje, pp.4).

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